lunes, 23 de marzo de 2009

(In)Tolerancia

No deja de sorprenderme la capacidad del ser humano para intentar imponer sus ideas a los demás, y proclamar su verdad (pequeñita, individual, con minúsculas) como La Verdad (única, inmensa, por encima de todo y de todos, con Mayúsculas).

Todo empieza de la manera más inocente. Una conversación cualquiera, sobre cualquier tema sesudo que se os ocurra. Cada uno expresa sus opiniones, respetando siempre las de las demás. De pronto, sin venir a cuento, llega alguien, se sienta entre los que conversan y comienza su exposición con "aquí vengo yo, ahora voy a opinar". Suelta una charla rancia y viejuna despreciando todo lo que dicen los otros con frases del tipo de "tú no sabes nada del mundo" y levantando la voz en cuanto no se baila al son que ese alguien canta. Su verdad es La Verdad, y cualquier cosa que opinen los demás son patrañas, tonterías o barbaridades.

Yo observo con los ojos y escucho con los oídos todo lo que va pasando. La conversación, la intrusión, el pisoteo y la polémica (que deja de ser sana polémica civilizada para convertirse en un avasallamiento de palabras y voces en alto). Y me pregunto: ¿tan difícil es respetar y tolerar? ¿Tan complicado es entender que el mundo es lo suficientemente grande como para que quepamos todos, pensemos como pensemos? Igual estoy equivocada y sí que es difícil. Igual lo sencillo es mandar a la hoguera a todo aquel que no piense como yo. ¿Es más sencillo ser un borrego que un hombre/mujer librepensador?

Ahora que lo pienso... Sí, seguro que es más fácil. El comportarse como un ser humano y no como un borrego requiere un esfuerzo personal y mental que no todos quieren asumir.

Me dan un poco de pena. Los respeto, cada cual puede pensar y actuar como quiera, siempre y cuando no pise a los demás. Pero no dejan de darme pena. Con lo grande y basto que es el mundo, y ellos, los intolerantes, sólo son capaces de ver una pequeña esquinita de su pequeño mundo con una sola Verdad...

No hay comentarios:

Publicar un comentario